Se supone que seré periodista y debo ser lo más imparcial posible en todos los aspectos pero que pasa cuando de verdad no puedes darle la razón a ninguno de los dos bandos porque ambos han cometido tantos errores y uno es peor que el otro, y no señores, no estoy hablando de nuestra política sino de la vida real, dos personas que conoces y cada uno le tira tierra al otro pero nunca cuentan su verdad ¿Y porque no la cuentan?, pues porque lo que ellos hicieron es tal vez peor que lo que hizo el otro, y se aferran a la realidad del otro como una excusa para quedar ellos como unos santos bajados del cielo.
Es que no aceptan que todos cometemos errores, se creen más santos que Dios y se hacen las propias víctimas, de verdad yo estoy harta de estas personas que me piden opinión y apoyo y en realidad no merecen ni lástima, me ponen a mi en 3 y 2. No sé si ser hipócrita y decirles que sí, que ellos son las víctimas de toda la situación o no tener como dicen por ahí “pelos en la lengua” para decirles la verdad, aunque les parezca muy ácido lo que les digo pero la verdad duele.
Creo que de ahora en adelante diré la verdad y me excusaré diciendo: “Soy periodista y prefiero ejercer mi derecho a la libertad de expresión que autocensurarme”.
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